Carlos Prado nació en Medellín, al noroccidente de Colombia en el año 1960. Se crió en dicha ciudad llamada capital de la montaña, región andina del país, y algunos intervalos de su vida, los ha vivido, en la costa Caribe colombiana, dando lugar a que su amor por el paisaje natural creciera enormemente. Lo cual lo relaciono con su profesión de ingeniero civil y entusiasmo por manifestar lo que veía y sentía, llevándolo a hacer un autoaprendizaje artístico en la pintura a la acuarela y oleo.

 

Su interés fue cultivado durante su adolescencia con el dibujo a lápiz , y se desarrolló muchísimo más en los talleres de dibujo, perspectivas y volúmenes en la universidad de Medellín, y posteriormente en los talleres de  pintura a la acuarela  y oleo en la Fundación Universitaria Bellas Artes de Medellín, complementándolo con talleres particulares de Artistas plásticos, con la maestra  Socorro Millán U., comenzando de esa manera su vida artística, aflorando sus deseos y habilidades innatas para la pintura  en el año 2003.

 

Los temas que aparecen en sus obras son referentes a la calma, a la paz, serenidad, contemplación y positivismo, por medio de paisajes y estampas naturales llenos de vida y color; siendo su técnica aplicada en manchas en la acuarela y marcas realizadas con espátula para el óleo, de una manera figurativa- expresiva y complementándolos con otros medios como pincel, el tacto, esponjas y todo elemento que enriquezca la obra, siempre destacándose la gran variedad de colores en ellos.

Lo primero que se suele notar al apreciar su arte es la armonía del color y composición en toda la obra, que inicialmente comenzó con la acuarela que le proporcionó, expresividad, espontaneidad, libertad, y que luego traslado a la técnica del óleo aplicando marcas con espátula.

Sus influencias artísticas son los maestros Botero por las tonalidades de los colores, Obregón por la espontaneidad en su trazo y Eladio Vélez por la mancha en la acuarela.

Carlos disfruta dando talleres de pintura artística, entre otras, a personas que lo necesitan para superar deficiencias de concentración, perseverancia, paciencia o la expresión y diversión.

Carlos vive y trabaja en Medellín, rodeado por las montañas que lo ven crecer.